Alexa Beatriz: Una nueva voz en la literatura argentina

Mi amiga me sorprendió con un mensaje con el que me iba a ingresar a un
mundo del que no tenía ni idea de su existencia.
– Sé que te va a interesar porque SOS fanática del conocimiento y la
investigación. Yo no soy amiga de los libros. En todo caso, informate y
después me contás de qué se trata – dijo.
Su información constaba de un video de YouTube, de un tal Alejandro
Angélica, un desconocido para mí.
Comencé a ver ese video. Todo muy raro, novedoso y extraño.
Pasadas tres horas largas, terminé de ver ese video. Muy largo, sí, pero
necesitaba saber más. Seguí con un segundo video y aún ¡con un tercero! de
aproximadamente ídem duración. ¡No pude parar!
Fue tan impactante como perturbador. Sorprendente hasta lo impensable.
Quedé aturdida, desorientada por momentos, muy desorientada, pero por sobre
todo DESLUMBRADA.
Es muy difícil procesar todo ese conocimiento repentino. No bastan unos
instantes para acoger naturalmente tanta información continente de verdades
que nos han ocultado, que parecen más salidas de una película de Marvel, que
de la vida misma.
El resultado de ese periplo ilustrativo fue la rebelión orgánica de mi cuerpo,
con una baja de defensas que derivó en chuchos de frío, una antipática gripe,
dos días de cama y un resfrío de una semana o más.
Ya había entrado en una realidad de la que no volvería a salir porque, puesto en
práctica, resultó en hechos irrefutables.
Quienes no quieren tomarse el tiempo y las molestias para conocer a fondo
sobre esta temática, no dudan en contrariar y aún atacar a quienes tratamos de
dar a conocer una realidad que no se puede negar por la contundencia de su
veracidad.
A mí me dio un ciento por ciento de resultados, así como a quienes he
orientado en la materia.
Para no sufrir los “ataques” típicos del ignorante, (“como ignoro, lo combato”),
tomé la decisión de disfrutar de los resultados de mi conocimiento y ¡ya!,
después de todo era “mi esfuerzo” y “el que quiera pescado que se moje”
…pero esa nunca fue mi “política” y, pasado el tiempo, mi conciencia me llevó
a poner por escrito el conocimiento que generosamente pusieron a mi alcance.
No sé si hay material escrito de este tenor.
Varias veces propuse tomar instrucción de la misma manera que lo hice yo,
pero la mayoría de las respuestas fueron: “¡Ni loco/a! No tengo paciencia” …Y
es comprensible.
Por ese motivo, se me ocurrió que, de estar escrito, quizás sería más sencillo
para quienes no cuentan con un apasionamiento por el conocimiento como es
en mi caso, y además, se ajusta perfectamente a mi vocación de servicio a mi
prójimo.
Te entrego entonces, esta suerte de compilación de datos que seleccioné para
esta primera entrega, y digo “primera” porque hay muchísimo más.
Con la plena convicción de lo valioso que te resultarán estas referencias,
apuntes y datos, te dejo, adelantándote que te vas a conmocionar tanto como
me sucedió a mí, porque de eso, NADIE SE SALVÓ.
Ojalá lo recibas con el mismo cariño con que lo escribí.

Alexa Beatriz